El 2020 fue un año difícil sin precedentes para el mundo entero, reflejándose en el cargadísimo clima astral que estuvo activo, con la triple conjunción de Júpiter, Saturno y Plutón en Capricornio, que inicio en enero 2020. Este gran aspecto astrológico genero una sacudida sistemática en muchos sentidos y probablemente sea el año más crítico que recordemos, esa alineación no se daba desde 1982.
Desde entonces, se empezaron a caer todas las defensas de control de las estructuras de la realidad; la pandemia tomo el escenario principal que aún está vigente, perdiendo la libertad y obligando a las personas a confrontarse con sus propias realidades internas, saliendo a la luz muchas sombras, apegos, miedos, temas obsoletos que ya no sirven, y que necesitan cambiar. Fue un año de purificación y sanación de karmas pendientes, un verdadero shock colectivo y personal. Necesitamos parir una nueva humanidad con otros valores.
Basta con decir que la estela astrológica de 2021 es una reacción directa a los cambios que se han producido en 2020 y, aunque hay muchos tránsitos influyentes que vale la pena observar, sobre todo la conexión entre Júpiter, Saturno y Urano, veremos que 2021 será un año mejor, diferente que el que acabamos de vivir.
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